El Banco Occidental de México: Historia y Legado

El Banco Occidental de México, fundado el 11 de enero de 1898, fue una institución financiera clave en la historia de Sinaloa y Sonora durante el período de la Revolución Mexicana. Su establecimiento fue el resultado de la concesión otorgada a destacados empresarios como Roberto R. Symon, Celso Gaxiola y Livingston R. Gordon.

Desde sus inicios, el banco enfrentó desafíos financieros debido a la falta de capital. Sin embargo, a mediados de 1899, un sindicato de ricos comerciantes de Mazatlán adquirió todas las acciones del banco, reorganizándolo y aumentando su capital desembolsado a $250,000 dólares.

El Banco Occidental de México no solo operaba en Sinaloa, sino que también extendió su presencia a otras regiones, incluyendo Guaymas, donde abrió una sucursal en marzo de 1900. Esta expansión reflejó su importancia en el desarrollo económico del noroeste de México.

La relación del banco con el Banco Nacional de México no estuvo exenta de conflictos. En 1901, el Banco Nacional de México instruyó a su sucursal en Mazatlán a no aceptar los billetes del Banco Occidental, lo que generó tensiones entre ambas instituciones financieras.

El Banco Occidental de México tuvo una presencia significativa en diversas localidades de la región. En Culiacán, por ejemplo, estableció una agencia que contribuyó al crecimiento económico de la ciudad.

Con el paso del tiempo, el Banco Occidental de México enfrentó nuevos desafíos, como la crisis económica y las regulaciones gubernamentales. A pesar de ello, mantuvo su relevancia hasta que finalmente fue liquidado en 1930, dejando un legado en la historia financiera de la región.

La historia del Banco Occidental de México es un testimonio del papel crucial que desempeñaron las instituciones financieras durante la Revolución Mexicana y su impacto en la economía regional. Su legado perdura como parte integral del desarrollo económico de Sinaloa y Sonora.